28.6.06

¿OCCIDENTE ISLÁMICO?


Según una noticia publicada por “La Stampa”, el Papa se habría declarado favorable a la enseñanza del Islam en las escuelas europeas. Desconocemos qué tan cierta es la información, pero tampoco hemos visto que fuera desmentida por la oficina de prensa vaticana.

CIUDAD DEL VATICANO HACE YA DOS MESEES EL CARDENAL MARTINO SE DECLARABA FAVORABLE A LA ENSEÑANZA DEL ISLAM

«El Papa dice si al Coran en clase»

La revelación luego del encuentro con el presidente del Land Norte Rihn-Westfalia

13/6/2006

Marco Tosatti

CIUDAD DEL VATICANO. Benedicto XVI no sería contrario a la enseñanza de la religión islámica en clase: al menos según cuanto ha referido en su hotel el día de ayer, el presidente del Land Norte Rhin-Westfalia, Juergen Ruettgers.

Y a falta de poder tener una confirmación, o una precisión autorizada de parte del otro protagonista del coloquio, es obligado hacer fe al político alemán: «He informado al Papa sobre aquello que venimos haciendo en nuestro Land. También él cree que los niños musulmanes deben tener una enseñanza religiosa. No hemos entrado en el detalle de nuestro proyecto de ley, que contempla la enseñanza con profesores en lengua alemana formados por el Estado y bajo el control de la Escuela. Hay mucho para hacer en este campo y también son muchas las dificultades. Pero el Papa me ha dicho que es importante intensificar la enseñanza religiosa para transmitir valores a los niños”.

En realidad parece probable que el ascenso del Pontífice, que está buscando intensificar en todos los niveles la posibilidad de diálogo con aquello que viene definido como «el Islam moderado», deba ser visto en el contexto de una sociedad que se está secularizando cada vez más y en la cual -come ha dicho muchas veces- el concepto de Dios está simplemente desapareciendo.

«El Papa ha sostenido la necesidad de enseñar la religión a las nuevas generaciones y de potenciar esta materia en las escuelas, también para los musulmanes, porque es imprescindible transmitir valores. Las escuelas no deben sólo preparar para el mundo del trabajo, sino también transmitir valores y educar», ha explicad el presidente del Land Norte Reno-Westfalia.

Luego ha ilustrado a Benedcto XVI acerca de las condiciones generales en las que se encuentra Alemania, con una presencia de musulmanes –en su gran mayoría turcos y curdos- muy fuerte. Un estudio reciente de la universidad de Bochum evidencia que sólo en el Land Norte Reno-Westfalia los musulmanes son más de un millón. «Le he explicado el proyecto que está llevando adelante mi gobierno y nos hemos encontrado de acuerdo sobre la posibilidad de garantizar a la minoría musulmana, acogimiento, respeto, integración. La autodeterminación y el desarrollo son fundamentales. Sin embargo ello debe darse en el respeto de la Constitución Alemana. Una constitución cuyos valores se refieren a la herencia iluminista y a la herencia de la tradición judeo-cristiana».

Hace dos meses el cardenal Renato Raffaele Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, se lanzó en una declaración que, en aquel momento, fue acogida con gran perplejidad y lo había obligado luego a pronunciarse débilmente a favor del rezo del Coran en clase: «Si en una escuela hay 100 niños de religión musulmana, no veo por qué no se pueda enseñar su religión », había dicho el purpurado durante una convención del Centro San Luis de los Franceses en Roma. Pero unos días más tarde, evidentemente después de haber recibido algunas observaciones de lo alto, en los micrófonos de Radio Vaticana corregía en parte el tiro: «Una prudente valoración» del proyecto debería haber sido acompañada del compromiso, por parte de los musulmanes italianos, de promover «el respeto y la valoración del cristianismo y de los valores cristianos que han provisto su identidad a la civilización occidental. También ellos, deberían comenzar a mostrar reciprocidad».

El hecho de que en el proyecto alemán los maestros sean formados por el Estado y deban seguir el programa estatal, obviamente, es una garantía respecto a las «derivas» fundamentalistas; y en general el Islam turco y curdo es menos sensible a las corrientes extremistas. Mientras tanto el tema del Islam está cada vez más presente en el Vaticano. No es por casualidad que las declaraciones del cardinal Martino fueron retomadas por el sitio «jihadwatch», y en particular en la sección «dhimmiwatch». Los «Dhimmi», para los musulmanes, son los miembros de las religiones «protectoras» hebreos y cristianos, considerados ciudadanos de segunda categoría en las sociedades islámicas.

Hasta aquí la noticia. Aparte del escalofrío que nos hace correr por la espalda la idea de que la religión islámica se enseñe “oficialmente” en las escuelas del Estado, mientras los crucifijos son desalojados, incluso, de las escuelas confesionales católicas, la noticia nos llena de estupor, porque parece obvio que los musulmanes no van a aceptar una enseñanza aguada “light” del Corán, e incluso la tendrán por blasfemia.

De repente me vino a la memoria el hecho que, basada en una carta que le enviara un joven de 17 años, relata Oriana Fallaci en su “Entrevista a sí misma”, que transcribo íntegro:

“Oh, es una carta realmente interesante la de Virgilio. Pero lo más interesante de su misiva es la historia de los buñuelos al marsala.

¿la historia de los buñuelos al marsala?

Sí, porque ofrece un fragmento significativo de la presunta integración con la que se intenta hacer creer que existe un Islam bien distinto del Islam del terrorismo. Un Islam benigno, puesto al día, moderado y, por lo tanto, dispuesto a comprender nuestra cultura y a respetar nuestra libertad. El caso es que Virgilio tiene una hermanita que va a la primaria y una abuela que hace los buñuelos de arroz al estilo de la Toscana. Es decir con una cucharadita de marsala en la salsa. Un día la hermanita se llevó los buñuelos a clase, los ofreció a sus compañeros y entre sus compañeros de clase hay un niño musulmán. Al niño musulmán le gustaron mucho, y aquél día llegó a su casa gritando de alegría: ´Mamá, ¿me puedes hacer buñuelos de arroz al marsala? Los he comido esta mañana en la escuela y...`. Cielos abríos.

Al día siguiente el padre de niño se presentó a la directora con el Corán en la mano. Le dijo que haber ofrecido los buñuelos con licor a su hijo había sido un ultraje a Alá, y tras haber pedido que se disculpase le exigió que no dejase llevar esa inmunda comida a la escuela. Cosa por la que Virgilio me cuenta que en los parvularios ya no se pone el Belén, que en las aulas se quita del muro el crucifijo y que de los comedores estudiantiles se ha abolido el cerdo. Y después se plantea la pregunta fatal: `Quién tiene que integrarse, ellos o nosotros`?"