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Cuenta la historia que Luis XIV construyó el Palacio de Versailles para alejarse un poco de la Corte. También se sabe que en tiempos de Luis XVI por los salones de ese palacio circulaban príncipes y mendigos y que las rejas que lo circundan nunca estuvieron cerradas. Incluso era costumbre que tanto personalidades destacadas como del común asistieran al parto de los delfines y existen numerosos y pintorescor relatos al respecto. El hermetismo y la distancia entre un soberano y su pueblo son un fenómeno de los tiempos modernos, paradójicamente signados por el igualitarismo. Sabido es que el miedo es la enfermedad de los tiranos, ¿cuáles son los signos de ese miedo? La carta que a continuación transcribimos, fue publicada en la edición de hoy del Diario La Nación y aporta una posible respuesta a ese interrogante.

"No les tengo miedo"

Señor Director:

"Tal vez el doctor Kirchner deberá pagar los derechos de autor por la utilización de la misma frase usada por un cómico de la televisión.

"El Presidente sostiene que no les tiene miedo a jefes de Estado extranjeros (Putin, Aznar, Fox, Bush, Chirac, la reina de Holanda, entre otros), ni siquiera a los de países hermanos; tampoco al FMI, a los acreedores externos, a la gente del campo, a los empresarios, sean extranjeros, nacionales, concesionarios de servicios públicos, formadores de precios, exportadores o importadores; mucho menos a los diarios y periodistas, a la Iglesia, a las Fuerzas Armadas, es decir que, según él, no le tiene miedo a nada.

"Sin embargo, está enrejada la Casa de Gobierno y ante el más minúsculo movimiento de ciudadanos inmediatamente se ordena sitiar la Plaza de Mayo con la Policía Federal, completando tres líneas de rejas de contención.

"Concluyo entonces que el doctor Kirchner no le teme a nada ni a nadie, salvo al pueblo."

Mónica Basualdo
CI 7.390.079