8.11.06

DOS PESOS Y DOS MEDIDAS

Publicamos a continuación una traducción libre de un excelente post, colgado el 6/11 pasado en Rorate-Caeli. Lo bueno, si breve, dos veces bueno.

Lunes 6 de Noviembre 2006

Barbarin contra el Ecumenismo

Siempre hemos pensado que el impulso del ecumenismo, encabezado por el Bienaventurado Papa Juan XXIII, era de alguna manera...idealista y, bien, irreal. Parece que el Cardenal Barbarin, Arzobispo de Lyon y primado de las Galias, está de acuerdo con esa afirmación.

En una entrevista con una de las mejores periodistas en materia religiosa de Francia, Sophie de Ravinel, publicada hoy en Le Figaro, el Cardenal explicó por qué la situación irregular de los "Lefebvristas" es imposible de arreglar por ningún medio. Cualquier "separación" que lleve tanto tiempo (18 años y contando) es realmente imposible de arreglar.

"[El Papa] desea ofrecer su mano, antes que sea demasiado tarde, a aquellos que se han alejado. Siento, sin embargo, que la cuestión no es segura. Cuando un cisma está en sus inicios, todavía es posible alcanzar un entendimiento... [sic] Es más complicado luego de varias décadas."

Justamente. Toda esta incomodidad entre los obispos franceses no vale la curación de una separación. Creemos que la visión antiecuménica del cardenal sobre los eventos se aplica aún con mucho más fuerza a las Iglesias y comunidades eclesiales separadas de Roma luego del Concilio de Éfeso (1575 años y contando), luego el Concilio de Calcedonia (1555 años y contando), luego de los hechos del 1054 en Constantinopla (952 años y contando), luego de la Dieta de Worms (485 años y contando)...

Esperamos que el Cardenal Barbarin comparta esos mismos pensamientos en sus futuras visitas a Rusia y Constantinopla, las que serán probablemente tan numerosas en el futura como lo han sido en el pasado. Y nos gustaría saber si está deseoso de usar la palabra "cisma" con los Ortodoxos tan generosamente como lo hace on respecto a aquellos Tradicionalistas en una situación canónica irregular (los Tradicionalistas en las comunidades autorizadas por la diócesis de Lyon ya están familiarizados con la caridad abundante y comprensión del Cardenal...).



"Los fieles católicos han de ser, sin duda, solícitos de los hermanos separados en la acción ecumenista, orando por ellos, hablándoles de las cosas de la Iglesia, dando los primeros pasos hacia ellos. Pero deben considerar también por su parte con ánimo sincero y diligente, lo que hay que renovar y corregir en la misma familia católica, para que su vida dé más fiel y claro testimonio de la doctrina y de las normas dadas por Cristo a través de los Apóstoles".
"
Pues, aunque la Iglesia católica posea toda la verdad revelada por Dios, y todos los medios de la gracia, sin embargo, sus miembros no la viven consecuentemente con todo el fervor, hasta el punto que la faz de la Iglesia resplandece menos ante los ojos de nuestros hermanos separados y de todo el mundo, retardándose con ello el crecimiento del reino de Dios".
"Por tanto,
todos los católicos deben tender a la perfección cristiana y esforzarse cada uno según su condición para que la Iglesia, portadora de la humildad y de la pasión de Jesús en su cuerpo, se purifique y se renueve de día en día, hasta que Cristo se la presente a sí mismo gloriosa, sin mancha ni arruga".
"Guardando la unidad en lo necesario, todos en la Iglesia, cada uno según el cometido que le ha sido dado, observen la debida libertad, tanto en las diversas formas de vida espiritual y de disciplina como en la diversidad de ritos litúrgicos, e incluso en la elaboración teológica de la verdad revelada; pero en todo practiquen la caridad. Pues con este proceder manifestarán cada día más plenamente la auténtica catolicidad y la apostolicidad de la Iglesia".

Ahora bien, si no es así, y como afirmaba el Cardenal Cassidy, entonces presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en una respesta ya famosa, "La situación de los miembros de esta Sociedad (por la FSSPX) es una cuestión interna de la Iglesia Católica. La Sociedad no es otra Iglesia o Comunidad Eclesial en el sentido usado en el Directorio" (Prot N. 2336/94/- Civitate Vaticana die Mayo 3, 1994), y por lo tanto los miembros de la FSSPX no están en "cisma", entonces con más razón debe ser caritativo el Cardenal Barbarin, deseando fervientemente la solución de la irregularidad canónica existente a su respecto, pues no se trata de fieles excluidos de la comunión de la Iglesia, sino de fieles católicos con los que el lazo de caridad debe ser aún mayor que con los "hermanos separados".

Ni qué decir, respecto de las comunidades Ecclesia Dei, tan maltratadas últimamente en la Arquiciócesis de Lyon a su cargo.

1 Comments:

Blogger El Sacristán said...

Cosa rara: Ricard dice unos días antes que todo el interés del Papa en la liberalización de la Misa SOLO es debido a sus deseos de alcanzar la reconciliación con los lefebvrianos. Y después sale Barbarin a decir que esa reconciliación es imposible. Eso quiere decir que en el mundo particular de los obispos franceses Benedicto XVI es una especie de ingenuo que ara en el mar y al que hay que dejarlo por ahí haciendo lo que le gusta. O a lo mejor es un whistful thinking de estos monseñores, que quieren curarse en salud tratando de olvidar el negro e incierto futuro que le espera al progresismo.

6:21 p.m.  

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