CRONICAS ORIENTALES O... UN CUENTO CHINO

Cuando ocurrió lo de Romina Tejerina la progresía mediática no perdió oportunidad de decirnos que con el aborto legal "estas cosas no pasarían". Ahora, con el caso Pocho, la progresía clerical no dejará pasar la ocasión para recordarnos las ventajas del celibato optativo. Para ellos, con el celibato optativo no se darían estas situaciones. Quiero suponer que tras el slogan del celibato optativo está la propuesta -de suyo, legítima- de que la Iglesia latina adopte la disciplina de las iglesias católicas de rito oriental sobre el celibato de los clérigos. Sin embargo, sospecho que, para la progresía clerical, el slogan esconde, en realidad, una suerte de amplia amnistía clerical, que blanquee situaciones concubinarias, y permita a los amnistiados volver a vivir del bolsillo de los fieles. A pesar de mis sospechas, voy a dar rienda suelta a la imaginación, e inventar algunas variaciones sobre un hipotético caso Pocho, en un contexto cristiano-oriental. Vamos al cuento.
* Advertencia: este relato es ficticio. Cualquier parecido con la realidad eclesial no es tan inverosímil como pudiera parecer. Su autor conoce la diferencia entre ley eclesiástica y ley divino-natural.
Pocho se enamora de Pocha y quiere ser cura. Tiene que casarse con ella antes de la ordenación. Si no se casa antes, no hay tu tía: celibato como en la Iglesia latina actual. Pero si Pocha está casada con Cornelio, por más que se enamore de Pocho, las cosas se complican. Pocho no puede casarse válidamente con ella, porque es la mujer de Cornelio. No lo van a ordenar cura-casado, porque no hay matrimonio válido precedente. Tampoco lo ordenarían cura-casado, si estuviera juntado con una mujer divorciada. Y menos que menos lo ordenarían cura-célibe, pues no muestra poseer el don del celibato, ni valora la indisolubilidad matrimonial. Otra variante es que nuestro Pocho, fiel oriental, estuviera bien casado con Porota, antes de su ordenación. Lo ordenan cura-casado, pasan los años, vienen los hijos, pasa la vida... Porota se pone gorda, usa chancletas, ruleros, fuma y rompe mucho la paciencia. ¿Una cruz que Pocho debe llevar hasta que la muerte los separe? ¡No seamos fundamentalistas! Hay que partir de la realidad: ¡Porota es tremenda!. Y la paciencia de Pocho está¡ en el límite. Nuestro presbítero decide buscar espiritual consuelo en Rigoberta, una catequista que resplandece por la belleza ¿de sus virtudes?... Y se enamora, cosa muy atendible en los tiempos que corren. Transcurren seis meses de enamoramiento -a Porota ya le pesan los cuernos-, y Pocho decide blanquear su situación: homilía con novelita rosa, talk show en los medios, y todo el circo que ya conocemos. Para rehacer su vida, se separa de Porota, se va vivir con Rigoberta; luego, se entrevista con el Patriarca para echarle en cara que, a pesar de lo mal que está la Iglesia por culpa de los grupos conservadores de turno, desea seguir ejerciendo el ministerio. ¿Qué le falta a este cuentito? Un (a)teólogo. En lo posible especialista en la (nes)ciencia de las escrituras. Uno audaz, y moderno, que supere la ingenua creencia en textos inspirados, salvo en el infalible Das Capital. Así aparece en escena don Eduardo de la Hernia, que no quiere perderse la oportunidad de iluminarnos con sus opiniones. Se junta con otros (a)teólogos, forma un grupo de presión clerical, y redacta el siguiente manifiesto: - es hora de que la Iglesia se modernice, y acepte la indisolubilidad matrimonial optativa de sus curas-casados, para evitar así tristes casos, como el de Pocho fiel oriental; - para el mensaje del Jesús-histórico la fidelidad conyugal de los curas-casados debe entenderse de acuerdo con los signos de los tiempos, y atendiendo a las circunstancias de las personas -por ejemplo, si la catequista está buena-; - como Jesús no pronunció un mensaje de exclusión, los curas-divorciados y rejuntados deben poder continuar ejerciendo el ministerio sacerdotal; - así como Jesús comía con todos, sin exclusiones ni discriminaciones, los curas deberían poder "comerse" a todas sin exclusiones ni discriminaciones, provenientes de rigorismos veterotestamentarios. ¿Y el Patriarca? Se le enrula la barba, pero queda mudo... En tanto, los fieles hacen catarsis católica, que diría Castellani, en los blogs...
P de R.
Etiquetas: Debates
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