10.7.06

LADRAN SANCHO...SEÑAL QUE CABALGAMOS.


Página 12 http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-69635-2006-07-09.html publica un infesto y mentiroso articulejo contra nuestros amigos de Cabildo, Mons. Baseotto, la librería Santiago Apóstol, etc.. A continuación va la valiente respuesta de Antonio Caponnetto.

Cabildo

Alguien tiene que decir la Verdad

Qué sería de nosotros sin Página 12

En su edición del 9 de julio, el previsible narracín oficialista Página 12, dedicó su tapa y tres densas hojas a lanzar una fétida gargantada contra Cabildo y sus actividades. Como en otras ocasiones, el texto rezuma tanta ignorancia cuanto insidia, desnudando en el intento los asalariados escribas, un manojo de carencias que así incluyen el ámbito de las hormonas como el del intelecto. El conjunto no pasa de ser una pieza abaratada y risible del género de los informes de inteligencia gubernamental; que en esto –en torpes fisgones subsidiados del Régimen- han devenido quienes aducen revolucionarias metas.

Cabe ante el largo brulote apenas un haz de aclaraciones y de advertencias.

La primera es sobre la absoluta incultura, la desinformación y la ineptitud de estos desdichados, aún para el penoso oficio de soplones que subsidiadamente ejercen. Llamar a San Bernardo “un activo quemador de herejes” y último doctor de la Iglesia”, tomar a Monseñor Di Monte por un “favorito del nacionalismo católico”, confundir perícopas evangélicas con procedimientos represivos ilegales o dar por asistente a un oficio religioso a quien jamás estuvo en él, son apenas algunas señales de la ominosa condición de burros a la que están fatalmente destinados. Agrava el retrato de tanta insolvencia, el hecho de que se haya manifestado en la misma semana en que la dupla Kirchner bramó en forma sistemática contra la falta de capacidad de los periodistas. Si estos son los profesionales capacitados y de “lógica arguyente” con que sueña la primera mujer pública, bien puede tenerse por corolario que las cirugías plásticas que la envasan no incluyen un mejoramiento neuronal.

Sirva la segunda afirmación para desenmascarar la maniobra, ya otras veces repetida, por la que se pretende instalar la acusación y la sospecha de que una misa es un acto ilegal, equivalente a una sedición o a un delito contra la seguridad institucional. Calificativos desdeñosos que se aplican por extensión a otras actividades propias de la fe católica, sean procesiones, via crucis, rezos del rosario, ediciones de libros o jornadas de formación. No sorprende el agravio en esta recua de blasfemos. Es parte del anticatolicismo convertido en política oficial, a la que activamente sirven. Sépase sencillamente que esta asociación de la vida sacramental y espiritual católica con el delito contra el Estado, es el recurso al que históricamente han apelado los regímenes marxistas, y aún el peronismo, cuando promediaba la década del cincuenta del siglo pasado. Y sépase, en consecuencia, que no es necesario esperar que vuelvan a fusilar el monumento al Sagrado Corazón o a quemar los templos porteños, para reaccionar contra tan evidente desquicio. No nos asusta combatirlos.

Quede dicho al fin, que responsabilizamos primariamente a la gavilla erpiano-montonera gobernante de esta campaña difamatoria contra Cabildo en particular y el nacionalismo católico en general. Página 12, o como vaya a llamarse mañana la alcantarilla agresora, no es sino una herramienta dócil del aparato terrorista con que cuenta la actual tiranía, dispuesta a acallar, a perseguir y a eliminar a quienes verdaderamente estén dispuestos a resistir su política antinacional y crapulosa. Lejos de amedrentarnos, sus embestidas nos retemplan el ánimo. Lejos de deprimirnos, sus destempladas iracundias nos llenan de sobrenatural gozo. Lejos de desmembrarnos, sus nerviosos temblores nos fortalecen y abroquelan. Lejos de amilanarnos, sus insistentes y fallidos golpes, nos hacen tomar conciencia de la entidad y de la sustantividad de nuestra existencia. Sus estúpidos odios acrecen las razones de nuestro amor a Dios y a la Patria. Y hasta su insensata promoción de nuestras tareas, nos otorga una entidad y una trascendencia de la que muchas veces hasta los mismos amigos ponen en duda. ¡Qué sería de nosotros sin este gráfico estercolero que, sin quererlo, nos publicita y promueve!

Cabildo no cuenta, como Página 12, con sicarios terroristas exhibidos cual probos plumíferos; ni con convictos asesinos devenidos en opinólogos, ni con los favores de la Sinagoga ni con el respaldo de la progresía eclesiástica dominante. No lo sostiene la Goldman Sachs, ni la Fundación Ford, ni la Embajada Británica, ni disfruta de los favores y de los suculentos respaldos económicos del aparato oficial. Por eso mismo se sabe fuerte. Con la fortaleza que da la coherencia extrema de vida y de prédica, la limpidez de conducta, la honradez doctrinaria, la indoblegable actitud rectilínea para servir siempre a la misma causa, sin más dependencia financiera que la dádiva de nuestros lectores fieles y el aporte de nuestros magrísimos bolsillos. Es la fortaleza que brota de la adoración a la Cruz ; y que de la pasión entrañable por la Argentina se nutre y se sostiene.

En cuanto a mí –y si a mi persona por primera vez aludo es porque con frenética insistencia me señalan estos miserables como blanco de agravios, y porque sucesivamente se me hacen llegar amenazas torvas y viles- bien sabe Dios y quienes me conocen hasta qué punto me resultan vanidad de vanidades los protagonismos terrenos, las bravatas vanas, las lisonjas del mundo o las alianzas espurias. Por eso, si quieren venir que vengan. Seguiré en la huella trazada mientras conserve las humanas fuerzas. Repetiré sin merecerlas, y salvando las insalvables distancias, las palabras que supiera proferir Calvo Sotelo: Yo tengo anchas espaldas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi patria y para gloria de ella, las acepto también. Pues ¡no faltaba más! Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: ‘Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis’. Y es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio.”

Antonio Caponnetto

Buenos Aires, 10 de julio de 2006